Villanueva Mesía es desde hace unos días un “municipio gastrosaludable”. Esto es lo que se extrae tras la entrega de dicho certificado que entrega el Seminario de Estudios Gastrológicos, en virtud de un convenio entre la Diputación y Universidad que tiene como objetivo promover la alimentación saludable, a través de investigación de la gastronomía y la enología autóctona de la provincia.  Los miembros del grupo de investigación del SEGE seleccionaron en su momento 11 municipios en base a criterios de ubicación, tamaño y demografía, entre los que se encuentra Villanueva como único representante del Poniente.

Para conceder el distintivo de “Excelencia Gastrosaludable” se han analizado distintas áreas que conforman la vida en estas localidades, mediante cuestionarios que recogen alrededor de cien parámetros para el conocimiento de forma exhaustiva y global del municipio y su población.

El acto de entrega del certificado se produjo la semana pasada y entorno a esta escenificación se programaron varias actividades en el contexto de la “I Feria Agroalimentaria y Gastronómica”.

Como inicio a las jornadas, el alcalde del municipio, José Antonio Durán, recibió el certificado de manos del presidente de Diputación, José Entrena y el Presidente del Seminario de Estudios Gastrológicos, Antonio Ríos. Para Durán, esta jornada era “muy importante para Villanueva” y
mostraba su satisfacción por el distintivo concedido al haber superado los criterios exigidos y ha explicado cómo los municipios pequeños “ofrecen mejores condiciones y beneficios para su población”, y ha añadido que este proyecto además les podrá ayudar a  “mejorar su calidad de vida y potenciar su desarrollo”.

Posteriormente se producía la entrega de premios al mejor aceite ecológico cuya galardonada ha sido la Cooperativa de Aceites Artesanos “La Caseta”, de Villanueva, que otorga a los agricultores la posibilidad de hacer su propio aceite exclusivamente con las aceitunas que quiera. Es decir, el agricultor selecciona unos cuantos olivos que por edad o calidad decida que serán los que mejor aceite producirán y muelen este fruto para hacer un producto exclusivo para el autoconsumo. Las variedades que se recogían era lucio, picudo, picual, hojiblanca y monovarietal.

Pero por supuesto no podían faltar los platos a base de recetas tradicionales. El concurso gastronómico se convirtió en la actividad más atractiva para el público asistentes. Durante las jornadas se presentaron varios platos con el requisito de que fuesen autóctonos, recetas tradicionales con ingredientes de Villanueva y la vega. Los ganadores de esta primera edición han sido los caracoles elaborados por Bárbara Avilés, el rollito malení de Paqui Arco y como postre, el brazo de gitano cocinado por Remedios Rojano. Ya con los platos oficialmente premiados comenzaron los talleres y aperturas de stands con embutidos, aceites, quesos y otras viandas del pueblo y los alrededores.

Como colofón final, los bares se unieron a la fiesta con la celebración de la “I Ruta de la Tapa de Villanueva”, en el que cada establecimiento el cliente pudo probar una tapa típica, como por ejemplo la porra, las alcachofas o las papas a lo pobre, entre otras.

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