Lo mejor de Antonio Corpas Pérez es sin duda sus dos hijos y sus cuatro nietos. Nietos con los que juega y se divierte dejando atrás las continuas operaciones y el hándicap de vivir toda una vida con una bolsa de ostomía. “Hay que adaptarse a lo que te manda la vida”, explica Antonio cuando recuerda que con tan solo 19 años tuvo que someterse a tres operaciones el mismo día de una úlcera de duodeno y megacolon. “Es verdad que en aquel momento lo pasé muy mal pero no sabía aún el calvario que se me vendría encima”. Se refiere a que a los diez días de someterse a esa delicada operación, tuvieron que volver a operarlo por una complicación de la primera. Un exceso de pus y una paralización de los intestinos le obligaron a pasar de nuevo por el quirófano. Esto ya denotaba que no iba a ser nada fácil. “Hace tantos años que los avances no son los de ahora”, explica Antonio. Y es que se acaban de cumplir 50 años de su primera operación. Fue de las primeras de España de estas características y claro había mucho desconocimiento. “El cirujano que me operó era la primera vez que lo hacía e incluso tuvo que recibir instrucciones de un catedrático mientras me estaba operando”, lo que evidencia la falta de práctica de la época.

Hay que ponerse en contexto. Hace 50 años, era un joven en la flor de la vida y con muchos proyectos por delante. “Menos mal que tuve el apoyo primero de mis padres y luego de mi mujer, ya que si no hubiese sido imposible salir del bache”, apunta Antonio.

Con el paso de los años intentaron cerrarle la colostomía pero hubo una hemorragia interna y tuvieron que abrir de nuevo. Tras este intento Antonio ya se tuvo que resignar a que su situación era  crónica y es imposible de operar, por lo que la bolsa de ostomía la tendrá toda su vida.

Antonio es y ha sido siempre una persona afable y muy trabajador. Ha hecho vida normal, dentro de sus posibilidades y no ha dejado que esta operación le merme su vitalidad. “Primero fueron mis hijos y ahora mis nietos”, destaca, “siempre hay un motivo para mirar hacia delante” y a esto le han ayudado mucho médicos y enfermeras a lo largo de su vida. “Recuerdo a una enfermera que me dio las claves hace ya mucho tiempo para que esta operación no fuera un impedimento para un hombre joven como yo era”, y estos consejos los ha mantenido toda su vida.

Ya han pasado 50 años desde que pasó la primera vez por quirófano pero Antonio Corpas, a sus 69 años, sigue siendo un ejemplo de superación día a día.

Juan Cobos

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