• Manolo Écija
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El amor por la poesía suele acompañarnos durante toda la vida, pero a veces no fluye la afición hasta una determinada edad. Ese es el caso de Rafael Cobos, un vecino de Loja que desde su jubilación dedica parte de su tiempo libre a escribir poesía. De siempre ha tenido gran admiración por los trovos, “solía verlos siempre que podía y creo que de ahí me empezó a picar el gusanillo de la poesía”, argumenta. “Ahora tengo mucho más tiempo para mis cosas”, apunta Rafael, quien reconoce que cada día además de jugar al dominó e ir al Centro de Día, “echo un rato de escribir a las cosas del día a día”. Porque precisamente en estos cinco años, que está más de pleno ocupando tiempo a este hobby, le gusta dedicar sus escritos a lo que ve y siente, a las cosas cotidianas, a su niñez y “también a los políticos que la verdad es que nos dan temas para que le dediquemos alguna que otra crítica”, apunta Rafael. Sus inicios fueron casi de casualidad. “En un curso de informática en el centro de mayores nos pidieron que escribiésemos nuestra vida y yo lo hice pero en verso”, desde ese momento se vio su capacidad y fue la propia directora del Centro de Estancia Diurna del Barrio Alto, Juana Mancilla, la que le animó a continuar con sus escritos.

 

La metodología para escribir es casi siempre la misma. “Con la edad soy de dormir poco y por la mañana, en lugar de levantarme me quedo un rato en la cama y le doy vueltas a muchos temas”. Estas situaciones son las que más tarde se plasmarán en el papel en forma de rima. Ya con una idea y un tema en la cabeza comienza el proceso de composición. “No me gusta hacer las poesías muy extensas, para que no cansen mucho”, dice entre risas Rafael. De este modo sus versos no su superan los ocho o diez estrofas y su poesía es fácil de leer. Hay que tener en cuenta que entre sus seguidores la mayoría son sus compañeros del Centro de Día y gente de su generación. Ahí ya es famoso Rafael que como varios de su contemporáneos suelen participar en diversos concursos de poesía que ponen en marcha desde Diputación, Ayuntamiento o Junta de Andalucía. Precisamente hace unos días conocíamos que junto a otros compañeros de centro, Rafael conseguía el accésit en un concurso de poemas dedicados a Andalucía. “Aquí en Loja hay grandes artistas”, apunta Rafael, reconociendo entre otros al ganador de ese certamen, Andrés Ortiz.

Rafael seguirá por muchos años haciendo poesía de lo más cercano, de su familia, amigos y aficiones. De todo lo que se pueda plasmar en un papel. Todo un ejemplo de que nuestros mayores pueden con todo y además hacerlo bien.

Manolo Écija

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