Las bicis pasan por el entorno natural de Villanueva, Íllora, Huétor y Montefrío
En esta XVI edición de la Hiponova, hemos optado por cambiar la fecha tradicional del 1 de Mayo que nos venía impidiendo pisar carretera por imperativo legal y cambiarla a un domingo anterior, el 24 de Abril, lo que nos ha permitido regresar a nuestros orígenes, volver a pasar por la joya de la ruta Hiponova, la bella localidad de Montefrío, y sinceramente creemos que ha sido un acierto, así lo pensábamos y sobre todo así lo han reconocido gran número de participantes.
Y es que recorrer las estrechas y recortadas callejuelas montefrieñas, pasar por el emblemático convento de San Antonio y poder disfrutar de las maravillosas vistas del pueblo así galardonado y reconocido por la National Geography es todo un lujo y un auténtico privilegio.
El día amaneció espléndido, un cielo azul celeste, limpio y claro, presagiaba una fantástica jornada de pedaleo y la verdad es que así fué. Los corredores desde las 8 de la mañana fueron recogiendo sus dorsales y presentando documentación de inscripción, para poco a poco ir rellenando el espacioso Parque del Genil, un lugar ideal para este tipo de eventos.
Algo después de las 9 horas, los 276 participantes inician la ruta NO Competitiva, que algunos NO se quieren enterar, pedaleando por las calles de Villanueva Mesía, entre los expectantes vecinos que se asoman a puertas y ventanas para despedir al son de palmas y palabras de jubiloso ánimo al colorido pelotón que finalmente sale de la localidad por la avenida del Alcalde Don José Cuevas para buscar el valle de los Pinares, primera dificultad de la ruta. Pronto el sendero de Los Pinares pone en fila al pelotón que se estira notablemente y los primeros corredores ponen un ritmo endiablado, y es que el afán de competir y de superación no puede dejar de estar presente y hace que a los 34 minutos ya pasen por el punto de control de la Cruz del Hachuelo los primeros corredores, una auténtica proeza, sobre todo si se tiene en cuenta la alta dificultad técnica del sendero del Barranco de los Pinares.
Se rodea el Hachuelo y se baja por un carril muy empinado y de piso en mal estado, abundantes piedras sueltas y con pendientes superior al 25 %, para llegar hasta Montefrío y tener el avituallamiento de fruta junto al Pilar de San Cristóbal a las espaldas del monumental Convento de San Antonio, algo que hacen los primeros en algo más de una hora de la salida. La lucha es endiablada y la adrenalina fluye a tope por todos los poros de estos primeros corredores.
Se superan las rampas de después del avituallamiento siguiendo el PR A-246, para llegar al cruce del Cementerio y de allí al cortijo del Castellón, para bajar ahora en trepidante descenso el Valle de los Molinos, con escasa agua y llegar a la Venta de la Correa, Cortijo de Barandilla y a la carretera que sin más, nos acerca a Tocón, enfilando rectos hacia la Estación de Tocón y superando el puente sobre la vía del AVE, desviarnos a la derecha y así llegar sin más dificultad al Cortijo de Turilla, La Presa, el Cortijo del Guarda, Molino de Don Felipe y entrar de vuelta por la Cruz del Visillo a la Meta del Parque del Genil en Villanueva Mesía, convertido en una auténtica fiesta de la bicicleta de montaña. Una fresquita cerveza y/o refrescos, junto con la deliciosa paella preparada por el Master Chef David y su ayudante Cristina, hicieron el resto.
Llego el instante del relax, de la diversión, del encuentro con los colegas, de contar historias y anécdotas, de recoger los premios y regalos donados por los colaboradores, con ese brillo en los ojos propio de los que han hecho y pedaleado por la Hiponova, que convierte a hombres y mujeres amantes de la bici en hiponov@s para siempre.
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